Tuesday, March 4

Última Parada

El capetoniano John H. Marsh se interesó, desde chiquito, en conocer y registrar ordenadamente todos los detalles sobre cada barco que llegaba a Cape Town. A sus escasos 19 años, el periódico Cape Argus lo contrató como editor naviero, puesto que conservó por dos décadas. Entre 1920 y 1960 tomó casi 20,000 fotos de barcos que visitaron este puerto. Muchas destas fotos son únicas, por ejemplo, las de barcos mercantes que durante la guerra mundial fueron armados y enrolados en servicio activo, o de aquellos cuya última parada fue aquí, antes de perderse en el mar.

Mi última parada en Cape Town fue el museo que guarda su colección, el John H Marsh Maritime Research Centre. Además de los miles de negativos, aquí conservan los minuciosos apuntes a máquina y álbums de recortes de Marsh, todo organizado en cartapacios, alfabéticamente por nombre de la embarcación. También hay una colección de unos 1,000 libros, Dewey-classified y en su mayoría de historia marítima y de ingeniería naval. Además, décadas del Lloyds Register of Shipping, leyes marítimas, y otros documentos. El encargado de referencia, Peter du Toit (foto), me atendió muy amablemente. Me mostró cómo, vía email, responde dos, tres, cinco o más consultas diarias, en su mayoría de personas que alguna vez viajaron acá por barco o sirvieron en la guerra y desean verificar detalles, o de aquellos que perdieron a algún familiar en un naufragio y quieren ver una foto de la embarcación involucrada. du Toit escanea el negativo en cuestión y les envía la imagen y otros detalles relevantes por email. La lista de fotos y otros detalles están en el website del museo.

Por supuesto, me entusiasmo: este es el tipo de colección que valdría la pena digitalizar y du Toit y yo consideramos todas las posibilidades durante más de una hora :-) Hay algunos impedimentos técnicos, y no me refiero a escanear los negativos ya que esa sería la parte sencilla. Un poco más complejo sería el OCR para los artículos de periódicos y de las notas de Marsh. Aunque la mayoría de estas están a máquina en Courier consistente y claro, están también las fichas, es decir, la info sobre cada negativo escrita en el sobre de cada negativo; info que probablemente habría que typear y doblechequear. Y todo esto, integrarlo de alguna manera con los sistemas existentes en otros museos afiliados y/o sus websites. Luego, los impedimentos financieros: cuánto costará el proyecto y quién lo financiará, si actualmente esta parte de la historia no se percibe como tan relevante, dadas las circunstancias sociales por las que pasa el país? Quizás (?) ayudaría citar lo que anotó Margaret Thatcher en el libro de visitantes: "A remarkable experience". También sería una cuestión de demanda: cinco usuarios diarios quizás justifican la inversión, pero cuántos más pueden esperarse una vez digitalizada la colección? Tendrá que ser autosostenible (e.g., cobrar digamos por imágenes de alta resolución) o no? Sugerí que un interés quizás morboso pero posible de explotar es el que todos tenemos por saber más sobre los naufragios alrededor del temido Cabo de la Buena Esperanza. du Toit me mostró los mapas de barcos perdidos por diferentes causas en el área. El de la foto es sólo para los años 1946-1984. Los puntos negros son naufragios y encayados. Los verdes son por colisiones entre barcos. Los rojos, causados por incendios o explosiones a bordo. Los amarillos daños en motores. Y los celestes por fallas estructurales. Hm... mientras escribo esto son las 19:08. Íbamos a zarpar a las 18:00, pero nos están reteniendo por los fuertes vientos que hay en el Cabo. Better safe than sorry.

En fin, la última parada de Marsh fue en su biblioteca: murió allí, rodeado de sus libros y documentos.