Sunday, March 16

Distraught

Hoy vinieron estudiantes a platicar conmigo por horas, me tuvieron de consejera toda tarde y hasta las 23:00. Estarán evadiendo irse a escribir sus papers? Ana [*] estudia computer
science y le gusta la mate más que programar y su curso preferido es mate discreta, que se le hace fácil. Por ser African American, mujer, y buza, tiene casi garantizadas becas para seguir maestrías y doctorado, si quiere. Pero dice que preferiría trabajar con gente, o sea, le gustaría más meterse a la parte de "IT management" que seguir en "CS". Mi sugerencia fue que,
ya que puede, se quede en CS y mate por ahora para lograr la mejor base científica posible, que siempre es útil en cualquier campo que uno lo aplique. Betina quiere hacer su paper final para Global Issues sobre "imperialismo cultural" en el área de restaurantes, porque está molesta, porque en Sudáfrica la gente come junk food en restaurantes de cadena de Estados Unidos. Le pregunté si ya analizó definiciones de "imperialismo cultural" para la primera parte de su paper, y bueno, resulta que no sabe qué es tal cosa, sino que casi quiere creer que hay una conspiración en USA para poner pizzerías y hamburgueserías en Cape Town. Al menos le sembré la duda, y más tarde la ví hablando con una profesora de mercadeo que le dio sugerencia para que, ojalá, aclare ideas. Lorna y yo conversamos con Charlie, un estudiante, brillante, pero que no ha empezado ninguno de los cuatro papers que tiene que entregar (el primero, mañana) y sólo tiene una idea: ESPAÑA. Terminamos la conversación con un plan: 1) un paper sobre la transición de Franco a la democracia, 2) otro sobre España en la EU, 3) un tercero sobre la cultura española, y 4) a ver qué otro tema relacionado le sale. El pobre está lo que se dice distraught, tanto así que al rato regresó en traje completo de esquí (guantes, gorra de lana y chumpa de plumas) y se sentó a observar el techo. Salen las excentricidades a la superficie, como dice Isis (la counselor de a bordo), los personality traits se acentúan. Diana se puso a llorar frente a la computadora porque no pudo numerar las páginas como ella quería. Estefan, flaco e hiperactivo, llegó a pedirme que dejemos la biblioteca abierta 24 horas (lo cual tiene n bemoles) y mientras me iba hablando se fue haciendo un colocho, literalmente: acercó una silla y se fue apilando en ella hasta quedar en un nudo de brazos, rodillas, pies y barbilla. Fiona descubrió aquí en el barco que es claustrofóbica y la movieron a una cabina más grande, igual por la noche me la encontré dormida bocarriba en el pasillo externo de babor de Lido. Gaby me contó que todos andan brincando como locos por los pasillos a las 3 de la mañana, y haciendo cola afuera del staff lounge para usar las dos computadoras que hay allí (a esas les deberían haber puesto los card readers, no a las de la biblio!)

Lo bueno es que en la biblio, todos respetan y se portan bien ;-)

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[*] historias reales, nombres inventados
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