Wednesday, November 21

Día 77 - Sydney/Uluru

Preguntas sin respuesta, llenas de esperanza.
Camilo Sesto

Pregunta: si salimos de Sydney a las 10:00 y el vuelo a Ayer's Rock dura 3 horas, porqué no llegamos a las 13:00 sino a las 11:30? Respuesta (parcial): Ayer's Rock está 1 hora y 30 minutos atrás de Sydney. Qué extraño. Pero más extraña la piedra misma, la veo desde que vamos aterrizando, y no sé por qué, siento muchas ganas de llegar lo más pronto posible y trepármela. Pero bueno. Primero aterrizamos, bajan las valijas y eficientemente, nos suben al bus. Aclaro que sólo hay un bus porque sólo hay un hotel, y todos vamos para allá: el Ayer's Rock Resort. Desde el bus, podemos ver mejor el terreno: planísimo, pero no tan seco como me lo había imaginado, hay bastantes árboles y arbustos. Y la piedrona, beckoning.

Pregunta: en qué se parece Ayer's Rock Resort a Disneyworld? Me registro en el hotel, y me dan el pronóstico del clima: 30 grados, viento de 12 nudos. No está mal. Salgo a investigar el Resort: es como una mini-ciudad, además de oficinas de información y tours, restaurantes, piscinas, y tienditas de souvenirs, revistas y necessities, hay una oficina de correo, un supermercado, un salón de belleza, una gasolinera, un hospitalito, una estación de bomberos y una de policía. El próximo pueblo de regular tamaño está a unos 450 km. O sea, this is it. Pero el plano del Resort no indica dónde vive el personal (guías, cocineros, porteros, meseros, camareras, choferes, etc) así que se lo pregunto a la encargada de repartir dichos planos. Duda si contestar mi pregunta, la veo titubear, pero al final se hace la loca. Igual me pasó con el chofer del busito que va dando vueltas de punto en punto dentro del Resort. En dicho busito había posteada una circular con las horas del Community Library. Wow! Sería interesante ver la biblioteca de Ayer's Rock, pensé. Pero el chofer no me quiso llevar, ni siquiera decirme dónde queda, ni darme más info, porque, finalmente concedió, "it's only for service people." Como en Disney, no podemos ver tras bambalinas.

Pregunta: por qué la piedrona es un ícono tan australiano? Anualmente, venimos más de 450,000 turistas anualmente a verla, es sin duda la más fotografiada de Australia y talvez del mundo. Y sin duda, la gran mayoría la vemos a la luz del sol poniente. Los sunset tours varían en precio y calidad, pero todos incluyen transporte a la piedra (que está a 24 km del Resort), champagne o vino, y comida (desde boquitas hasta full cena). Me inscribo en un tour con un grupo pequeño. Hacemos primero la parada para la foto obligada, y luego, nuestra guía nos lleva cerca de la piedrona, donde podremos apreciar mejor su textura mientras el sol va bajando y enrojeciéndola. Como está a medio desierto, no hay punto de comparación, por eso es tan impresionante acercarse y sentirse realmente enano ante sus 348 metros de altura y 9.4 km de circunferencia. Y según los geólogos, continúa por unos 5 km más bajo la tierra!

Pregunta: me subo o no me subo? Mi impulso inicial de treparme se aplacó un poco al ver lo empinado de la subida (rayita amarilla en la foto) y lo limitado de la visita (una vez arriba, no se puede andar por ella). Los dueños de la tierra son los aborígenes yankunytjatjara y los pitjantjatjara, quienes la tienen subarrendada al gobierno australiano para que se use como parque nacional. La piedrona, o Uluru, como ellos la llaman, tiene un gran significado cultural para ellos. Piden que uno no se suba a Uluru, porque el único ascenso permitido es "la ruta tradicional de los ancestrales hombres Mala", marcada en parte con una cadena para agarrarse. No es prohibido subir, sólo piden repetar su cultura y ley y no subir. Y dan otra buena razón: ulurula tatintjaku tjinguru nguluringanyi. O sea: la subida a Uluru puede ser peligrosa. La cierran cuando hay condiciones extremas: viento de más de 25 nudos, temperatura de más de 36 grados, lluvia, tormentas, o nubes bajas. Aun así, 38 personas han muerto de ataques al corazón o caídas al intentarlo. Esto, dicen los aborígenes, les causa mucha tristeza cada vez que pasa, y por todo eso: "This is the proper way: no climbing."

Pregunta: dónde están los canguros? Según Mingkiri: A natural history of Uluru by the Mutitjuly Community, hay malu (canguros rojos) en el parque; también dice que éstos proveen buena carne - talvez por eso no ví ni uno? Y los mala (wallabees), dice, desaparecieron cuando llegó el hombre blanco. Nadie sabe a dónde se fueron ni si van a regresar. La palabra mingkiri del título se refiere a los ratones y marsupiales pequeños que viven alrededor de Uluru. Aunque no parezca, hay 25 especies de mamíferos, 74 reptiles, 178 pájaros, 4 sapos, y 416 plantas - o talvez más. Antes que llegaran los Piranpa, dice el libro, había más animales cerca de Uluru. Muchos se fueron y no han regresado. Nadie sabe por qué, se habrán muerto o se habrán ido a otro lugar a vivir. El estilo del libro es pausado, explicativo, como si hubieran traducido literalmente las sentencias de los Anangu. Fue compilado por Lynn Baker, quien trabajó durante cuatro años en el parque Uluru-Kata Tjuta, estudiando la fauna del parque con la ayuda de la comunidad Mutitjulu. Aquí me encuentro por primera vez la palabra Tjukurpa, que es la ley de los Anangu (aborígenes), el origen, el por qué y el sostén de la vida. De Tjukurpa viene el conocimiento de plantas y animales, que era vital, y en parte es tan sagrado que no puede compartirse, en especial con los Piranpas (nosotros, los no-aborígenes), pero a veces también entre hombres y mujeres. Tjukurpa no se escribe sino se enseña de generación en generación.

Uluru es sagrado, el por qué no lo sé exactamente. Talvez es porque es un lugar con mucho Tjukurpa, porque los seres ancestrales caminaron acá y dejaron sus huellas, porque los aborígenes así lo perciben y tienen miles de años de estar aquí y son los "traditional landowners". A los visitantes nos piden seguir sus indicaciones, no salir de los caminos marcados, no tomar fotos en sitios sagrados, no dejar nada, y no llevarnos nada: ni un grano de arena. La multa es de $5,000 y peor, según Lonely Planet, muchos que se llevan piedras las devuelven por correo, para quitarse según ellos, alguna mala suerte que les han causado (suena más a cargo de conciencia ;-)