Macquarie University fue fundada en Sydney en 1964. Aparece entre las top 100 del mundo, según The Times Higher Ed Supplement de 2006, y el MBA está ranqueado como uno de los mejores de la región Asia/Pacífico. Sirve a 30,000 estudiantes, incluyendo unos 9,000 internacionales. Macquarie tiene acuerdos de investigación y maestrías en conjunto con 250 universidades de todo el mundo, y es por eso que el 30% de los estudiantes toma cursos o trabaja en proyectos fuera de Australia. Además es uno de los partners principales de TSS, así que hoy fuimos todos al campus principal para nuestra "bienvenida oficial": speeches y una caminata entre edificios, jardines (jacarandas, eucaliptos, kakatúas blancas gritonas) y esculturas. Y moscas. Este es un feature de Australia a inicios del verano. No olvidaré el constante zumbido de moscas en mis oídos, como talvez diría Sinuhé El Egipcio.
Me separé del grupo con algunas estudiantes interesadas en usar la biblioteca. La encargada de servicios a usuarios (Frontline Manager), Margie, nos explicó qué servicios están disponibles a estudiantes del TSS: computadoras públicas con acceso a todas las bases de datos que puedan necesitar, un millón de volúmenes, áreas de estudio para grupo e individuales, fotocopiadoras, y lo más importante, ayuda de parte de los referencistas para hacer sus investigaciones. Lo que no pueden hacer es conectarse a la red wireless, porque para eso necesitan un ID de Macquarie. Yo sé que eso es lo que más les interesa, y además, para llegar acá, tienen que tomar un bus que tarda aprox. una hora. Pienso que les quedará mejor usar las bibliotecas del centro de Sydney, en especial la estatal, que sí permite conectarse a la red wireless. Pero ya que estábamos allí, unos 10 estudiantes aprovecharon para bajar papers de bases de datos. Dudo que alguno haya consultado un sólo libro. También es permitido usar las computadoras públicas para email, etc. PERO: la prioridad es "research", y por lo que observé, los estudiantes respetan los límites de tiempo y de uso. Es semana de exámenes y la biblioteca está totalmente llena. Interesante que los estudiantes ayudan a conservar el nivel de silencio esperado en cada nivel. No ví a nadie gritando por el celular ni oyendo música, ni tampoco a ningún bibliotecario regañando o callando a nadie - todos estaban muy concentrados en sus libros de texto y fotocopias. Y aunque busqué, no ví a nadie usando libros de la biblioteca. Platicando con las bibliotecarias de referencia, concluímos que muchas veces los profesores no conocen los límites de lo que la biblioteca puede hacer por los estudiantes. Por ejemplo, me dijo una de ellas, en primer año hay 1,100 chicos tomando el curso introductorio de biología. Todos tienen que hacer un mini-proyecto sobre mosquitos y malaria, usando los mismos libros de la biblioteca, y si el profesor no recuerda pedirnos que los pongamos de "uso en sala", ni siquiera una docena de estudiantes tendrán acceso a esos libros. Ella concluye que los profesores deberían intentar completar las tareas y ensayos que asignan a sus estudiantes, iendo a la biblioteca, sin confiarse de poder "turn around and pick something from their own bookshelf", en especial, fuentes relativamente desconocidas que NO están disponibles más que en esas libreras de sus propias oficinas.
Almorcé en la cafetería de estudiantes, donde hay desde vegan hasta steaks. En la librería, compré una colección de historias cortas australianas y con la ayuda del encargado, seleccioné un libro sobre la historia aborigen de Australia. Me contó que ellos llenaron la orden de libros de texto para el TSS y los mandaron a Grecia. Me pregunto cuánto costó mandar los libros varias veces alrededor del mundo, seguro hay una mejor forma de hacerlo. En fin!
En la tarde, fui a una función de ballet en el Sydney Opera House. Dos obras presentadas en honor al coreógrafo Leonide Massine, bajo el título común de Destiny/Les Présages, con coreografía y escenografía reconstruídas del estreno en 1933, y la Symphonie Fantastique de Berlioz, con coreografía nueva por Krzysztof Pastor. Después de la excelente función hubo un Q&A con David McAllister (director artístico del ballet), la directora de la orquesta, y dos bailarines - excelente.