Wednesday, March 12

Audioverstimulation

Hoy me persiguieron ruidos y sonidos de la vida dentro del barco. La mayoría fueron del día a día, como el silbidón de las aspiradoras en los pasillos, el tacatacatacataca de los motores, y el sloshing del agua en las piscinas. Y otros fueron menos comunes, como el hiss del aire acondicionado en mi cabina, que se triplicó en volumen, anunciando al frío extremo que nos mandan cada tanto los AC engineers. Luego, la lluvia contra mi ventana, suave, y los truenos y el viento. Bip! Bip! hacen las bicicletas estacionarias en Lido y una de las elípticas tiene una parte floja y era plun-tán plun-tán con cada paso que daba Marcela. Detrás de mi cicle, un compresor que empezó a funcionar hace unos días, enciende (ratatatatatatatatatata...) y apaga cada pocos minutos. A las 12:00 en punto, el fuerte y claro anuncio del navigational officer con la buena noticia: "tomorrow at 2:00 ship's time will be retarded by one hour" seguido del anuncio de Ashley, con mucho menos volumen, de que mañana es el último día para inscribirse en el tour de Cabo Verde. Ayer que almorcé tarde, éramos cinco en todo el comedor y había tal silencio que Dana dijo que qué agradable almorzar así y platicar sin gritar. Hoy llevé un CD de Cesaria Evora para poner en el sistema de audio de Coral durante el almuerzo, pero llegué demasiado temprano. Estaba llenísimo y hubiera necesitado el triple de volumen para ganarle a la emoción gritona de doscientos comensales. Y lo mismo en la cena: cien comentarios simultáneos más cantos de Happy Birthday para una chica china, seguidos de aplausos y una canción en mandarín. Subí a tomar un capuccino en Lido, el primero en meses, en relativa ausencia de ruido humano. Seguía lloviendo y cada vez que el barco se inclinaba, caía un escandaloso chorro de agua por la canal en la esquina del snack bar. Tres ingenieros en overoles azules llegaron a pedir cafés, discutiendo animadamente en griego, que siempre me suena apabullante. Pasé por la clase de defensa personal con doce chicas gritando "NO!". Regresé a la biblio, donde vibraban las paredes y el techo y clicketeaban tres teclados y la fotocopiadora que ha pitado y zumbado todo el día, y cada media hora que se loguean y desloguean, cortesía de Windows oímos dos tin-tun-ton-táan. Para no limitarme a las onomatopeias, mejor caminé por todo el barco grabando los sonidos y ruidos por diez minutos. Cuando lo edité, volví a caer en cuenta de que persona que uno se encuentra es saludo seguro y posible plática extendida. Somos bien acomedidos en ese respecto!

Cierro mis ojos y oigo mi muestra final de sonidos y ruidos (1.4 MB) en mp3:
y veo cómo voy por el pasillo y me topo con el señor de la aspiradora...
Japi Bérdeis en el comedor...
subo las gradas...
ruidos de la elíptica quebrada y del ruidoso compresor en Lido....
mis pasos sobre la madera mojada por la lluvia en el Lido deck...
oleaje suave en la piscina con un grillo y motorones ronroneando de fondo...
saludo al crewman Oscar de Honduras...
paso por el staff lounge con su hiss eterno de aire acondicionado....
un grupo practica el vals para el show de cultura europea en el International Lounge...
llego a la biblio: la fotocopiadora saca una impresión (20 segundos flat)...
y dos estudiantes exprimen hasta el último segundo de su turno en Internet.