Tuesday, February 5

India Wins Again!

Per schedule, deberíamos haber estado en puerto a las 8:00. Pero anoche avisaron que no habría lugar para doquear hasta "3 ó 4 horas" más tarde. Esperamos fuera del puerto hasta las 10:00, entramos y doqueamos, bajaron las gradas y en ese momento, los del puerto decidieron que siempre no, que moviéramos el barco otros 25 pies... así que a traer al remolcador (costo estimado $7K adicionales), desamarrar, mover, y volver a amarrar, haciendo clavito para que no cambiaran nuevamente de opinión. Quedamos frente a un parqueo lleno de unos 300 mini-Hyundais listos para exportar a Suecia, Reunión, Holanda y otros países.

"India Wins Again" es la expresión que nos enseñó ayer Christy, y ya empezamos a entender su verdadero significado- sobre todo en término de obstáculos inesperados:

1) Migración: subieron unos diez oficiales de migración con sus familias. Se comieron su almuerzo, se tomaron fotos en todos lados, parecían turistas, y dos horas más tarde, aún no habían terminado de procesar los pasaportes. Mientras, ocho de nosotros esperábamos con ansias porque teníamos vuelos a las 16:00. Pat, TJ y la crew purser lograron que nos dieran prioridad y salimos corriendo del barco como a las 14:30.

2) Controles: de un sólo nos vimos acorralados por taxistas ofreciendo sus servicios por sumas exorbitantes. Negociamos, según nosotros a una cantidad razonable de 300 rupias por cabeza. La primera parada fue en la garita de la salida, donde un pacienzudo oficial hindú copiaba todos los datos de la tarjeta de desembarque de cada uno y nos hacía firmar.

3) Tráfico: éramos cinco en un pequeño busito, y nuestra primera experiencia con el tráfico hindú fue intensa, es un caos total donde todos orgánicamente logran el objetivo de rellenar hasta el último pie cuadrado de la calle, eso sí, mientras van a la mayor velocidad posible, tocando la bocina y dependiendo totalmente de sus frenos. Nicole, una estudiante ya mayor, le insistía al taxista que teníamos un vuelo en una hora y él feliz aceleraba más todavía. En fin, llegamos justo a tiempo a hacer checkin.

4) Chequeos: para el chequeo de seguridad había una cola especial para LADIES. Tras una cortina, la cachan a una y/o le pasan un detector de metales por todos lados. Sellan el boarding pass dos veces en señal de aprobación. Todas las maletas pasan por rayos X y también les ponen etiqueta y sello de OK. Para subirse, vuelven a revisar tres veces el boarding pass y los sellos de seguridad. El vuelo, sin inconvenientes, me dormí...

5) Transporte: al llegar, empieza otra vez la locura, a la salida, unos 100 hombres con letreros esperando pasajeros, y una variedad de freelancers en acoso. Prepagué un taxi y me tocó un Ambassador en bastante buen estado, pero el chofer no hablaba inglés - o no quería hablarme. Se tiró con furia a la carretera, entre miles de carros, camiones, tuk tuks y carretas, inaugurando un nuevo carril en el hombro izquierdo de tierra, con las ventanas abiertas y la gran pitadera y escapes a chorro. Una hora después me dejó en mi hotel. Llamé a Puneet, y quedamos que mañana llego a su Club. Welcome to Delhi!