Wednesday, February 6

Duele Delhi

Todo lo que te han dicho de la pobreza no te prepara para verlo. 17 millones de habitantes, bocinando, caminando a media calle, montados en rickshaws (tuktuks o autos) verdiamarillos, hablando por el celular, serpenteando en sus pequeños carritos. Haciendo lodo, basura, humo, bulla, bulla, bulla. Wikitravel dice de Delhi: an endless low-rise sprawl of suburbia and slums. Alquilé un carro y un guía privado por 4 horas (lo llaman el plan 4/40, 4 horas, 40 kilómetros) y costó 2,500 rps. Unos $60. Pero para mí, valió el precio. Ni loca me iría caminando por la calles del románticamente llamado Old Delhi. La miseria mas mísera aparece cuando ves docenas de sacos (uniformes) que una vez fueron blancos cuidadosamente colgados uno tras otro en el cerco que divide una vía de la otra, es decir a media calle, secándose. "Laundry service", me dice Moti Bhatia, mi guía, gordo y bajito y el ojo izquierdo cerrado y enjuto y continuamente eructa fuertemente y se queja, o dios, om om. Gente viviendo en callejones de lodo, arrastrando carretones con cosas, una familia de tres alrededor de una fogata al lado de un basurero, ventas de comida en el suelo, hombres shuquísimos con turbantes acuclillados cocinando, es el mercado de verduras, sólo hombres, más callejones sucios, intimidantes, cantidades de motos y tuktuks pitando, cabras con sweaters (sí!) rojos o negros y cochísimos, más callejones... en la parte más upscale, venden pedazos de carros, desde llantas con todo y aro reluciente, sillones, bumpers. Más comida, chuchos, vacas y callejones shucos. La mezquita más grande de India, Jama Masjid, un gran patio abierto, lleno de charcos, ensuciado por palomas donde uno tiene que caminar descalzo. Pasamos al Red Fort de Shah Jahan (por fuera, a Moti le incomoda entrar) habitado por enormes cuervos negrigrises malencarados. A la tumba de Humayun entro sóla (Moti se considera muy viejo para caminar tanto) y me entretengo observando un mangoose y las pericas verdiazules y halcones en cantidades y los chipmunks residentes y turistas de todo tipo incluyendo dos gemelos que se toman foto tras foto. India Gate, el Mall donde acaba de parade Monsieur Sarkozy, el palacio de gobierno, y enfrente cuatro monos subidos en la pared, jugando en una fuente (They are a nuisance, dice Moti). Al lado del mejor colegio de Delhi, un asentamiento absolutamente miserable. Moti me pasó a una tienda de artesanías, olorosa a perfumes donde todo seguro valía 10 veces el precio. Yo ya le había dicho que no quería comprar nada, pero necio, igual salió incrédulamente trompudo porque no compré nada, y los de la tienda más trompudos todavía, aunque desde que entré les dije que no compraría nada, nada, nada. Agruras. Punto final, Birla Mandir, el templo hindú dedicado a la diosa Lakshmi y su señor Vishnu; en cuyo Geeta Bhavan (salón de la mitología hindú) un monje se acercó y sin preguntar me amarró repetidas vueltas de un hilo rojo en mi muñeca derecha, igual a Moti, y luego le tendió la mano. Moti le dio unas cuantas rupias de propina.

Regresé abatida al hotel. Por la tarde CASI no voy al templo sikh, pero me encontré con el Sr. Singh de la agencia de viajes que iba saliendo en el busito del hotel y me ofreció jalón y bueno, pensé, es mi destino (!) y acepté, y además Frommer's recomienda visitarlo, porque, dice, el Bangla Sahib Gurudwara es el principal templo sikh de Delhi y tiene una atmósfera "warm and welcoming." Me quedé un rato frente a la entrada, observando. Entre la gente que pasaba, algunos tocaban el suelo frente a la entrada y luego se tocaban la cabeza. Allí empecé a sentirme que entraba en otro mundo. Acogiéndome a Frommer's, me decidí y me dirigí al "efficient shoe deposit", donde dejé mis Merrell's y calcetas, y obtuve "a scarf to cover your head (both free)". Así, descalza, pasé por una canal bajita, llena de agua y ya con mis pies mojados e inculturados, seguí por la alfombra roja hasta la entrada... a diferencia de cualquier otro lado, sí me sentí tranquila, me senté a observar, y aunque no entiendo el simbolismo, traté de absorber lo que ví: la pequeña cúpula dorada, el plumero rosa en constante movimiento en las manos del hombre barbado; la mujer cantando a todo galillo acompañada de un teclado de dos octavas; los marigolds que la gente besa y/o se lleva a los ojos; los relojes grandotes en las columnas; las gradas de madera que llevan al techo talvez; la cama rodeada de paredes de vidrio que la gente vé y toca con devoción; y el hecho que pude estar un rato observando sin llamar la atención [Fotos forbidden pero obtuve esta en Flickr y sulekha.com]

La tranquilidad no me duró mucho. Me fui en tuktuk al Pragati Maidan (centro de convenciones), pero el chofer paró del otro lado de la ancha y loca avenida y se negó a dar vuelta en U para dejarme enfrente. Talvez no debería haberle pagado... logré cruzar ilesa (flechita celeste abajo en al plano) y entré por 10 rps. Libros, stands, lo típico; me gustó el de Academic Foundation y hubiera comprado más ítems para la biblioteca de TSS si lo hubiera planeado, pero me conformé con Reviving the Invisible Hand de Deepak Lal. Al salir ("?" celeste arriba en el plano) me encontré con el tráfico caótico de la noche, logré un tuktuk, me regresé al hotel, fui a cenar a Chor Bizarre (not the big deal) (el taxista insistió en esperarme) y de allí al Ashok (logré convencer al taxista de que se fuera). Todo esto fácil de decir, pero requiriendo de negociaciones y pláticas medidas para evitar presiones u ofertas de servicios extras. Fue un gusto volver a ver a Puneet y aunque andaba muy ocupado (la prensa, cámaras, lleno completo, schmoozing a morir), platicamos un rato y conocí a su esposa, Shabnam. El club, "STEEL/F Bar and Lounge" aka "f" (como en el logo de cristalitos de Swarovski que me pegaron en la mano al entrar) les quedó nave, luces, un bar de diseño moderno, servicio excelente, margaritas hindús muy buenas, en fin, una fiesta digna de disfrutarse más, pero me faltó Rodrigo para celebrar juntos y en grande (qué coincidencia) en esta noche de su cumpleaños, hubiéramos bailado toda la noche... felicidades desde Delhi!