Thursday, March 27

Perdurar

Serán los zapatos? Me duele mucho, mucho mi rodilla... Primera parada de hoy, la Sagrada Familia-- en taxi. La construcción empezó en febrero de 1882 y continúa, como un gran símbolo de fe apoyada en que la comunidad proveerá recursos para terminarla. Recuerdo poco de mi breve visita en 1978, y estimo que si regreso en 2039, aún estará lejos de terminarse. Como las catedrales en la edad media, ésta también es una obra de varias generaciones. Nos quedamos horas. Rodrigo fascinado con el modelo de los pesitos que está en el museo, y que Gaudí uso para diseñar las catenarias de las bóvedas. Yo, fascinada con el muestrario ilustrado de materiales usados en la nave, en especial en las columnas en la bóveda principal, como la piedra roja (porphyra) y la negra (basalto). Y los dos bien fascinados con la presentación sobre "formas naturales=inspiración de Gaudí", como las foraminíferas reflejadas en las ventanas de piedra (foto arriba), y las columnas semi-twisted cual troncos de árboles. Un detalle interesante es la continuada lucha contra las palomas. Nótese los pines colocados sobre la cabeza de la virgen María, que como todos los santos y ángeles de la fachada del Nacimiento, queda así protegida contra la construcción de nidos por parte de dichos entes voladores... aunque esto no excluye el uso de la fachada como percha, con las consiguientes plastas blancas.

Siguiendo con Gaudí, taxi a la Casa de Batlló. Bueno, casi hasta la casa, el taxista nos dejó cerca y me fui renqueando hasta una banca donde me quedé esperando a Rodrigo. Ví pasar y pasar turistas, muchos llegaban hasta la puerta y cuando veían que había que pagar, mejor sólo tomaban fotos a las fotos de la casa exhibidas en la entrada (supuestamente, como aliciente para entrar). A mi lado, en la banca, se sentó un señor de bastón que tampoco se animó a enfrentarse a las gradas de la casa y nos entretuvimos platicando...

De allí renquié hasta la Boquería, donde almorzamos en un puesto de mariscos frescos acompañados por un azafatón de variadas setas a la plancha, jugosas y deliciosas. Sabores que duran instantes... Compramos frutas frescas y cristalizadas y otras delicias para el tramo que viene y de allí, despacio, por las Ramblas, hasta el barco.

Esperamos la salida del puerto en Lido outer deck con MdC, pendientes de la puesta de sol... aunque ella tuvo que entrarse a cenar con el grupo de academic advisors que nos visitan hasta Istanbul. Una salida perfecta, con vistas únicas de Barcelona, y deliciosa como los recuerdos buenos de esta visita.

AP.