Hoy, de nuevo pasé varias horas de la mañana en el LRC, pero sólo llegó un miembro del crew que pensó que vendíamos los periódicos que teníamos en exhibición.
Por la tarde, Rodrigo me llevó en una visita caminante (semi guiada ;-) de Alfama. Esta sección pintoresca y pintarrajeada de Lisboa tiene unas vistas impresionantes - sobre todo, si uno se pierde y sube dos veces todo el cerro hasta su punto más alto, el mirador de Santa Lucía. Las callecitas son muy estrechas, y las casas, por el estilo. A falta de patios para tender, las señoras sacan su ropa a secar colgándola de las ventanas. La gente sale a tertuliar en las calles, sin duda porque no tienen espacio para tener sala. Se ve de todo: una señora gorda, inmensa, gritando a su hija de unos 14 años, a media calle, rodeada de extraños (nosotros entre ellos) y los amigos de ella; entendí que el regaño algo tenía que ver con el uso de Internet, y la patoja lloraba callada, a mares. En una sección más silenciosa del barrio, un niño de ojos azules saltones salió con su perrito, un chihuahua gigante de color rojizo, que empezó a seguirme, mientras la mamá del niño apareció en una ventana de un tercer piso y empezó a gritarles a ambos (supongo que no era a mí) una perorata grosera, al menos en tono. Más abajo, una casa del siglo XIII, original, de 5 pisos de altura - y a pocos pasos, un estudio de grabación en un primer piso de una casa mínima, puerta y ventana abierta, un hombre iluminado sólo con una luz negra frente al micrófono, rapping en portugués. Grafitti por todos lados. Moscas y suciedad de perros. Un señor lavando su banqueta y tirando el agua a la calle, en el mejor estilo medieval. Clubes ofreciendo fado de 20:00 a 1:00 am. Ventas de revistas. Gatos negros y cantos de canarios. Un cielo perfecto, gradas, y más gradas. Dice Frommers: "Once aristocratic, this fabled section has fallen into decay... be aware that the Alfama can be dangerous at night".
De una vez al Barrio Alto, donde hicimos reserva para cenar en Pap'Acorda. Como era temprano, peaseamos un poco: más familias usando las calles como punto de reunión, entremezclados con sus bebés en carruajitos, dealers de hashish, turistas, taxis pasando a mil por hora, backdrop de grafitti y basura y moscas, homeless en grupitos, bulla, azulejos con "coolture", n bares esperando clientes. Hicimos tiempo descansando en una cómoda banca en Rúa Pedro de Alcántara. Vimos pasar un viejo paseando un perrito blanco perfecto, una señora fue y volvió con su perrita viejita, otros chavos pasaron registrando varias bolsas de señora (robadas y abandonadas?) en una banca cercana. El librero cerró, al restaurante de carne asada argentino llevaron un rimero de manteles color salmón limpios, el sol fue bajando, y nos dirigimos a Pap'Acorda. Muy delicioso, en especial el vino de los "Tres Bagos" y los postres: Toucinho do Ceu y algo muy rico llamado Encharcada! Caí rendida.