Lisboa, 7 de julio de 1497. Vasco de Gama está listo para zarpar hacia la India y pasa una noche de vigilia en el monasterio de los Jerónimos, pidiendo por el éxito de su viaje. 510 años después, me encuentro al lado de su tumba, en la misma iglesia de los Jerónimos. Estoy segura de que nuestro viaje en el TSS será exitoso, pero quería contárselo. La pintura atrás de la tumba muestra a San Jerónimo, el teólogo dálmata que tradujo la Biblia al latín en el siglo IV y quien, coincidentalmente, es el patrono de los bibliotecarios, así que NO puede irme mal con esta doble protección :-)
Además, la nave de la iglesia es como bien diríamos en Guate, una nave: seis columnas de 25 metros de alto, esculpidas en detalle, sostienen la bóveda nervuda y crean un espacio inmenso, abierto, fresco. Allí, en ese impresionante espacio, y con Vasco y Jerónimo, estuve en el mejor lugar del mundo para dedicar unos minutos a meditar sobre mi misión bibliotecaria y personal durante este primer viaje del TSS.
En Lisboa, buen café, sobre todo con pastelitos de almendras y tortas de natas cerca de Belém, buen vino (como un Azenha en Nariz de Vinho Tinto, para celebrar nuestro XV aniversario, que lo pasaremos volando hacia Atenas), caminando porai para bajar la cena, descubriendo muppets in the night en un clima perfecto y terminando con una copita en el Solar do Vinho do Porto, donde uno puede probar uno o varios de los 200 tipos de oporto disponibles, entre $1 y $23 euros por copa.